
La Radiestesia es una técnica por medio de la cual se detectan los campos electromagnéticos en los seres humanos, las plantas, los objetos, los lugares. Nos permite captar las áreas en donde la energía puede estar disminuida, estancada, bloqueada, cerrada, neutra, negativa o positiva.
Cuando se revisa a una persona a través de la Radiestesia, se puede determinar el estado de la energía en el campo electromagnético, y se procede a equilibrarla directamente en los chakras, en el aura, o era alguna parte que lo requiera específicamente A esto se le conoce como armonización y equilibrio de chakras.
La falta de energía puede ser causa de molestias, debilidad, cansancio, falta de apetito, depresión, desbalance emocional, alteraciones nerviosas, miedos, mal humor. La energía estancada puede ser motivo de dolor, alteración en alguna parte, infección, fiebre.
Su luminosidad y sus radiaciones van mucho más allá del universo, su vínculo con el mundo de la luz, a partir del cual se ha formado la misma piedra y cualquier ser vivo; refleja la necesidad de encontrarnos a nosotros mismos en lo divino y de ser aceptados y amados.
Los cristales pueden utilizarse sobre los chakras o centros de energía del ser humano. Al realizar una disposición de cristales sobre el cuerpo, se ponen en movimiento caudales de información energética valiosa para trabajar con los chakras, abriendo, liberando, desbloqueando y armonizando estos centros de energía.
Beneficios:
La terapia por medio de la Radiestesia ayuda a recuperar energía, mejorar los campos electromagnéticos, limpiar cargas negativas, despejar bloqueos, transmutar energía nociva en positiva, restablecer el equilibrio y balance en los niveles físico, emocional, mental y etérico.
El manejo de la Radiestesia nos permite ampliar nuestra capacidad del cerebro, utilizando ambos hemisferios cerebrales, unificando la mente subjetiva con la objetiva, de tal manera que podemos con nuestra mente consciente estar en contacto con nuestra mente superior o subconsciente, expandiendo así nuestra intuición y percepción.»
En las piedras preciosas y en los cristales se ocultan las fuerzas luminosas y radiantes del Universo, capaces de activar de forma natural nuestros poderes de autocuración y de adquirir una conciencia más profunda de la Luz Divina.